Abrir un grupo
¿Deseas formar un grupo?
Felicidades, esta puede ser una de las empresas mas gratificantes y productivas que se pueden emprender. Para ayudarte, te recomendamos leer también la "Introducción" y "El grupo de autoayuda" indicados en el menú. En esta sección te ofrecemos algunas respuestas, para preguntas frecuentes sobre grupos de autoayuda y el proceso de ayuda mutua. En las secciones indicadas puedes encontrar materiales de apoyo y recursos para grupos.
"Yo necesitaba ponerle nombre a lo que me estaba dañando, al asunto que me estaba causando problema. Pude decidir lo que tenía que hacer cuando alguien me explicó lo que le funcionó en una misma situación específica." (Madara, 1998:25)
Cualquier persona puede promover un grupo en su comunidad, para brindarse una ayuda extraordinaria. Iniciar un grupo en línea puede ser el primer paso o una viable alternativa.
Ofrecer la propia experiencia a otros es una de las empresas más gratificantes que se pueden emprender. Pero iniciar un grupo debe también ser un proceso de ayuda mutua, por lo que es esencial que terminen por ser varios las y los fundadores.
Existen modelos de trabajo fáciles de usar. Entre otras organizaciones, la Fraternidad de Grupos de Autoayuda y Ayuda Mutua, A.C. ofrece materiales y recursos en su sitio en Internet www.ayudamutua.org para iniciar un grupo. Se pueden tomar ideas de distintas fuentes para fundar uno, y para mejorar la actividad de los existentes.
Brindar la propia experiencia a otros es una excelente manera de seguir avanzando y reconocer el camino andado, para valorarlo. Antes que nada, la persona interesada en iniciar un grupo o junta en línea busca a otras para hacerlo. Luego, se pasa a definir colectivamente la visión con la que el grupo inicia.
Para un nuevo grupo presencial las y los primeros integrantes deben saber que se les busca para iniciar un nuevo grupo, más que solamente como participantes:
- Es importante indicar el apoyo específico que pueden brindar y el valor e importancia de su ayuda.
- Los fundadores necesitan contar con la disposición para formar un nuevo grupo.
- Requieren inspiración e interés.
- Bastan dos o tres personas comprometidas e interesadas para promover la formación de un grupo, pero entre sus primeras tareas estará buscar a otros, hasta ser al menos ocho o más en las primeras reuniones presenciales.
- Para dar inicio, se acuerdan tiempos y actividades con las que los primeros integrantes colaborarán.
- Fundar la versión en línea del grupo es una buena forma de iniciar.
Quienes participen, al principio mostrarán lo que se necesita para que una reunión funcione, pero mucho más importante, cómo usar al grupo personalmente, para hacerle frente al problema que se vive y tiene en común.
Modelo y programa
“Tengo más confianza aquí en el grupo que con la familia o amigos.”
Siendo que es necesario definir un modelo y programa de trabajo, es recomendable investigar si ya existe un grupo para la situación de vida o problema que se tratará. Resulta útil asistir a reuniones de otros grupos de autoayuda, para conocer cómo funcionan, aunque traten otros temas, y tengan modelos diferentes. Se pueden así tomar ideas y formas de trabajo, para adaptarlas.
Lugar y horario
El lugar y horario de reunión deben ser pensados para los posibles integrantes, y en su momento podrán ser modificados por acuerdo.
Lo óptimo es contar con un espacio de reunión gratuito, sin sacrificar la autonomía e independencia del grupo. Como un servicio para la comunidad, empresas y escuelas llegan a prestar espacios de reunión, cuando se trata un grupo de autoayuda, especialmente si es solamente una reunión cada semana o mes. Para solicitar un espacio de reunión, es importante indicar con claridad cada cuándo, y durante cuanto tiempo se reúne el grupo; sus características y objetivos; el número esperado de participantes; etcétera. Así, el mismo grupo puede incluso reunirse en varios espacios gratuitos consecutivamente.
Convocatoria
“El hablar me ha ayudado con mi pareja.”
Para invitar personas al grupo, es importante acudir a quienes estén en contacto directo con quienes viven la problemática, como pueden ser profesionales, instituciones y agencias relacionadas. Es necesario establecer vínculos cordiales y de largo plazo con las instituciones y profesionales que envían personas al grupo. Si el grupo de ayuda mutua no tiene un flujo de nuevos integrantes que tomen el lugar de los que se van, desaparecerá. Los nuevos integrantes son la vida del grupo, porque al apoyarlos, los de más tiempo en el grupo se ven obligados a seguir avanzando. Cada nuevo integrante reactiva el proceso de ayuda mutua.
Operación y dirección
Desde que inicia un grupo su funcionamiento es responsabilidad de todos. Los fundadores buscarán delegar sus tareas, para que su sostenimiento sea tarea de todos. Hacerse responsables de actividades y roles permite que todos hagan suyo el grupo.
Cuando algunos integrantes permanecen al "mando", el grupo suele fracasar o bien deja de ser de ayuda mutua. Si se comienzan a cobrar cuotas fijas, puede convertirse en un grupo profesional o personalmente dirigido. En estos casos, mas pronto que tarde, terminará por obedecer a intereses económicos, institucionales o personales de quienes tomaron su dirección, y dejará de servir para lo que se formó.
¿Qué es un grupo de autoayuda?
“Aquí tú eres el principal, nadie mas. Nos vamos a ayudar entre todos. Todos somos iguales.”Un grupo de autoayuda es un conjunto de personas que tienen una situación de vida o problema común y se reúnen para compartir experiencias y apoyarse. Con la ayuda mutua buscan y construyen mejores formas de manejar una similar situación de vida; mejores formas de relacionarse en su familia, su trabajo, su escuela y consigo mismos. Se brindan así un espacio social de apoyo. Un grupo de autoayuda no es una asociación política ni religiosa; tampoco para militar a favor de alguna causa. Es un lugar para aprender a vivir mejor y lograr la tranquilidad.
¿Porqué son "anónimos"?
Porque cada uno comparte su su propia experiencia, se puede hablar de todo lo que uno siente y de todo lo que a uno le ha pasado, estando con otros que viven una situación similar. Por estos motivos, es natural consecuencia el respeto. Todo asunto y detalle personal que se diga en el grupo, y la identidad misma de quienes participan, serán protegidos por la comunidad de pares. Es como el secreto profesional de un abogado o un médico. Quien participa en un grupo de autoayuda necesita poder decir cualquier cosa que sienta o haya vivido sin dudar, para así poder pensarlo, analizarlo, comprenderlo y cambiar luego su situación. Aclarando la propia experiencia se puede incluso definir mejor quien se es; cómo preferiría ser y lo que realmente se desea. Es por esto que frecuentemente los participantes sólo se conocen por su nombre de pila. Nadie esta obligado a dar detalles que le identifiquen, aunque entre compañeros termine por conocerse a cada participante íntimamente.
¿Son autogestivos?
En un grupo de autoayuda solamente participan personas que viven un problema común y desean hacer algo para resolverlo y llegar a vivir más felices y tranquilos. Por ejemplo, en un grupo para familiares de personas con Parkinson solamente participan personas que viven en carne propia esta situación de vida. Algunos grupos invitan ocasionalmente a especialistas, para que den pláticas sobre temas específicos, pero éstos invitados quedan fuera de las actividades normales del grupo. En lugar de haber especialistas, profesionales o "jefes", todas las funciones, roles y responsabilidades las asumen los propios integrantes por turnos. Cualquiera tendrá en algún momento la responsabilidad de moderar una reunión; servir el café; o llevar las cuentas. Nadie es más importante por tener un título, dinero o más tiempo en el propio grupo. Algunos grupos son iniciados con la ayuda de profesionales, pero aunque sea importante, la participación de éstos es una asesoría externa.
¿Autoayuda o ayuda mutua?
“Yo también viví en parte muchas cosas similares a las suyas. Similares a todos. Porque si estamos aquí reunidos, es por el mismo problema.”Cuando una persona acude por vez primera a un grupo de autoayuda lo hace por cuenta propia. Nadie lo obliga. Si fuera de otro modo, nunca le funcionaría, por el carácter mismo del proceso. Puede bien ser invitado y animado por otros, pero para lograr resultados, el compromiso necesita ser personal. Se acude y se sigue participando por una situación de vida y problemática que se reconoce como propia y que se desea afrontar. Cada persona acude para ayudarse a si misma, pero comprende que en solitario es imposible resolver el tipo de situación que le llevó al grupo. La ayuda de otros es imprescindible. Aunque cada persona acude por y para sí misma, al compartir y trabajar con otros lo propio, se hace recurso útil y necesario para todos. Esta forma de colaboración social es la ayuda mutua y por su estructura y concepción se produce más fácilmente en los grupos de autoayuda. En las relaciones sociales la ayuda mutua se genera cuando quienes interactúan comparten un mismo proceso subjetivo, asociado a una situación y problemática común. En este camino es de elemental justicia la reciprocidad de que todos participen por igual, aunque para algunos sea difícil y lenta la posibilidad de hablar. Es por eso imposible tener observadores, coordinadores profesionales, especialistas o a cualquiera que se considere en distinta situación y posición. Quien se integra a esta forma de colaboración lo hace por cuenta propia, para ayudarse, con la confianza de que participando activamente avanzará. Esta disposición y acción termina por hacerse también una ayuda para otros, sin ser ese su objetivo inicial. Por los principios de la participación de cada uno, y la consecuente forma de interacción, el grupo de autoayuda genera un proceso de ayuda mutua. La decisión personal es de autoayuda. La colaboración resultante es ayuda mutua. Y al grupo lo podemos describir como de autoayuda o también de ayuda mutua.
Respeto y responsabilidad
“Vamos a dar tiempo para que también nos conozcan y vamos a compartir experiencias. Luego les vamos a dar tiempo. Si quieren opinar o tienen algo que nos pueda ayudar, también decirlo.”Hablar siempre en la primera persona del singular es una de las principales formas de establecer una situación de respeto mutuo y responsabilidad subjetiva. Los otros pueden tomar o dejar lo que les sirve, cuando se acuerda compartir solamente lo que cada uno ha vivido y siente, narrando la propia experiencia, y hablando de lo que cada uno desea o le ha servido. Para aprender de la experiencia, hablar en primera persona es una estrategia muy eficaz. Se evitan los consejos; los juicios de valor, como cuando decimos que algo esta bien o mal; las generalizaciones, como al hablar del deber ser y de cómo se considera que son las cosas, con declaraciones tajantes; y evitando hablar desde el saber, sea de autores reconocidos, personalidades o creencias. Los ejemplos personales, propios de la vivencia de cada uno, se reconocen mejor narrando lo que nos ha servido y lo que hemos hecho parte de nosotros mismos. Similarmente describiendo aquello que hemos desechado o logrado cambiar. Toda esta es la materia prima para el trabajo en un grupo de autoayuda. Primero se aprende a escuchar. Luego, gradualmente, se hace posible hablar con respeto por otros y responsabilidad por la propia palabra. Esta es la esencia de la interacción social no-violenta, con la cual se genera una situación para el aprendizaje. Los más eficaces y productivos grupos de autoayuda funcionan así, cualquiera que sea su sistema específico. Es en ellos que la ayuda mutua permite a los participantes colaborar, para superar difíciles situaciones, haciendo de la experiencia de vida individual recurso social, para gradualmente ofrecer la posibilidad de lograr mayor tranquilidad y felicidad en cada integrante.
¿Cómo se financian?
Mediante aportaciones voluntarias, los propios participantes de cada grupo cubren sus costos de operación. Generalmente, al final de cada reunión se 'pasa la canasta', para que cada uno contribuya con lo que quiera, pueda y desee. Los costos son muy bajos, porque todas las actividades y responsabilidades las realizan de manera voluntaria los propios integrantes del grupo. Puede ser necesario comprar papelería, té, azúcar, u otros consumibles. Mundialmente, el lugar de reunión casi siempre es facilitado gratuitamente por algún hospital, empresa, escuela, centro social u otra institución, como un servicio a la comunidad. En aquellos casos en los que el local de reunión es rentado, los costos se elevan mucho, salvo cuando el espacio es aprovechado por distintos grupos en varios horarios.
¿Cómo se inicia uno?
“Yo aprendí hoy que hablar frente a otras personas ayuda mucho a escucharse a sí mismo. Como que en esa posibilidad de hablarle al otro escuché cosas centrales en mi vida. Aprendí con lo que se habló. Me llevo varias cosas para trabajar. Me sentí identificada con muchos comentarios.”Preferentemente un grupo se reúne con cinco o más integrantes, pero para fundarlo bastan dos o tres personas interesadas. Quienes tienen un problema común se asocian para hacer todo el trabajo inicial. Sin ser especialistas, pueden colaborar y buscar a otros. Los fundadores consiguen un local o sala, para usarla al menos inicialmente dos horas una vez por semana o cada quince días. Difunden información entre las personas que comparten su misma situación o problema. Hecho el trabajo de organización inicial y siendo ya suficientes, idealmente entre ocho y catorce integrantes aproximadamente, se inician las reuniones. Se sigue convocando permanentemente a quienes pudieran beneficiarse, para enriquecer y fortalecer al grupo. Existen distintas propuestas, ideas y modelos de trabajo que pueden probarse, para usar o descartar y aprender. Fundar un grupo de autoayuda también es un proceso de ayuda mutua. Es una labor gradual, con frecuentes tropiezos, pero muy gratificante. Siempre es necesario el apoyo de otros, sea con o sin experiencia en grupos, e incluso profesionales o quienes quieran ayudar. El rol de los fundadores es efímero. Desde el comienzo saben que el grupo será de todos antes que suyo. Una vez iniciado un nuevo grupo, las decisiones y la carga de trabajo inmediatamente pasan a ser responsabilidad de todos, mediante la rotación de tareas y otros mecanismos democráticos.
Modelos
Existen distintos modelos para la ayuda mutua en un grupo pequeño, sin coordinación profesional. Hay distintas formas de trabajo. Incluso entre los grupos que dicen compartir un mismo sistema, se presentan gran variedad de estilos y dinámicas. En algunos casos, es útil tener información y estrategias apropiadas, para situaciones de vida y problemáticas específicas. Es importante considerar las ventajas y desventajas de cada idea o elemento que se decide usar. Pero también es bueno simplemente probar. Tomando de varias fuentes, con el tiempo el grupo va definiendo lo que mejor le funciona. La flexibilidad y el cambio son signos de un grupo saludable y productivo. Hay más materiales de apoyo y manuales en inglés, pero este sitio (www.ayudamutua.org) busca justamente poner en contacto a los grupos y asociaciones de habla hispana, y ofrecer información básica. En México el modelo de Alcohólicos Anónimos, conocido como de "12 pasos", es el que más se conoce. Ese modelo se aplica en grupos tales como Comedores Compulsivos Anónimos o Neuróticos Anónimos. Existen gran variedad de modelos y materiales, pero en lo fundamental todos ayudan a establecer un similar proceso de ayuda mutua para un grupo de autoayuda.
Apoyo para formar uno
“Aquí tengo amigos.”Con este sitio la Fraternidad de Grupos busca ofrecer ayuda para la formación de nuevos grupos. Entre otras cosas puede encontrar aquí conceptos, ideas, carteles, folletos, planes de junta y textos sobre formas de trabajo genéricas en nuestra sección de Recursos. Leyendo distintas Metáforas se logra también reconocer mejor el carácter del proceso y sus posibles ventajas. Puede tomar elementos o incluso intentar aplicarlo todo, al menos para comenzar. Con el tiempo se van haciendo cambios y aprendiendo de otras fuentes, hasta que el propio grupo llegue a una filosofía y forma de trabajo propia. Un grupo saludable tendrá una larga vida y muchos participantes. Lo importante siempre es que cada nueva junta sea lo más productiva posible para todos. La ayuda mutua en un grupo de autoayuda se puede aplicar a muy distintos problemas y situaciones de vida. Implica ideas que todos los integrantes deben conocer y comprender. Los conceptos básicos son todos parte de los más antiguos y exitosos sistemas. Por eso, una estrategia importante es visitar y conocer grupos existentes, para aprender de ellos. Es bueno ponerse en contacto con cualquier grupo del que se pueda aprender y tomar ideas, especialmente si sus integrantes tienen la apertura para enseñar y ofrecer su experiencia, sin imponer o indoctrinar hacia una única forma de trabajo. Vea nuestro directorio de Grupos arriba para encontrar grupos que sirvan de modelo y asociaciones que puedan apoyar, compartiendo experiencias, materiales e ideas.